viernes, 4 de julio de 2008

De los espejitos de colores, al Financiamiento para el Desarrollo

Entra 1 dólar como ayuda a los países en desarrollo del sur, se fugan 10 de forma ilegal hacia el norte. Te regalo uno, te robo 10. Negocios verdaderamente rentables, cinismo político y genocidio inocultable.

Las empresas multinacionales del norte han tomado por asalto los recursos naturales, los mercados, las legislaturas y los gobiernos del sur. Han tendido sus redes de tal forma que todo espacio de poder ha quedado a su merced. Han paralizado los controles que en algún momento tuvieron los Estados sobre sus actividades y se manejan como dueños y señores de cada río, cada árbol y cada montaña de nuestro territorio.

Una buena porción de la resistencia civil es anestesiada con el promocionadísimo “Financiamiento para el desarrollo”. Miles de millones de dólares que generosa y discrecionalmente se distribuyen a través de diferentes Organismos, entre las siempre necesitadas delegaciones estatales destinadas al cuidado del medioambiente, a la salud, la educación y demás y ciertas ONGs muy estratégicamente elegidas.

Pero este pretendido apoyo altruista del norte hacia el sur tiene una gran trampa. Y es que el flujo ilícito de capitales desde el sur hacia el norte es al menos 10 veces mayor a la ayuda para el desarrollo. Más de 500 mil millones de dólares cada año, abandonan el sur en fugas ilícitas que no se reportan a las autoridades y por los cuales no se paga impuesto.

La fuga de capitales desde América Latina se aproxima a la escala de la deuda, lo que sugiere una manera de superar esta carga aplastante.

Y para colmo de males no sólo se fugan los capitales, sino que además se fugan cerebros y talentos hacia los países del norte, donde encuentran mejores condiciones de trabajo. Países donde las puertas están cerradas para quienes no cuentan con un talento especial, conocimientos de avanzada o alta especialización.

Los países pobres, que además de todo tienen que pagar el precio ambiental de la contaminación de los ricos, están quedando anémicos de recursos naturales por el abuso glotón del mundo del consumo.

Los líderes de las ocho potencias más industrializadas del planeta se reunirán de lunes a miércoles en Toyako, en el norte de Japón, en momentos en que el shock petrolero, la inflación alimentaria y la crisis mundial de crédito amenazan la estabilidad económica y social.

Los ocho concluyeron su última cumbre en Heiligendamm (Alemania) en julio del año pasado con la certeza de que "la economía mundial está en buena forma".

Pero un mes más tarde, se desató la tormenta de los créditos hipotecarios de riesgo en Estados Unidos, que dio inicio a la debacle de las plazas financieras mundiales. Según la prensa japonesa, el G8 implementará un grupo de trabajo para luchar contra la crisis alimentaria. Este comité examinará sobre todo la posibilidad de levantar las restricciones a las exportaciones que impiden a los países ricos revender a los países necesitados sus stocks de alimentos excedentarios.

Como es de suponer, y como sucede habitualmente, harán las cosas exactamente al revés de lo que la mayor parte de la humanidad necesita, porque eso es lo que a ellos mas les conviene para seguir llenando sus arcas. Sus intereses y los nuestros están contrapuestos y siempre lo estarán. Por cada dólar de ganancia que ellos sumen, es uno menos para un campesino, un indígena, un pobre, una escuela o un hospital.

Latinoamérica se encuentra en un proceso independentista en el que iniciativas como el ALBA, Telesur y el Banco del Sur van apuntalando una nueva forma de relacionarnos entre los países del sur, cooperando entre nosotros y actuando en forma de bloque, de forma que la región se enfrente a esa dominación que durante los últimos siglos nos ha mantenido con la cabeza debajo del agua.

Nos reencontramos la próxima semana, con una nueva entrega de esta publicación.

Ricardo Natalichio
Director
rdnatali@ecoportal.net
www.ecoportal.net

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