sobre las chuzadas del DAS

No nos Consta

Por: Tola y Maruja

(LA SIGUIENTE CONVERSACIÓN DE Tola y Maruja fue chuzada por una manzana podrida del D AS)

— Aló…

¿Tola?

— Sí, con ella… ¿Con quién?

— Pues con Maruja… ¿Cómo amaneciste?

— Regulimbis, mi querida… Manecimos con un desempleado en la casa.

— No fregués, ¿quién?

— El nieto mío, Juaquín Estiven, el que trabajaba en el DAS.

— ¡Bruta!, no charlés, ¿por qué lo echaron?

— Figurate que a él le tocaba funcionar en la sección de chuzadas telefónicas y lo pusieron a oír una conversación entre el dotor Holguín Sarni y el dotor Bernal Cuéllar, y Estivencito se quedó dormido.

— Qué trabajo tan duro.

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— Y lo habían puesto a chuzar una conversación entre la senadora Marta Lucía Ramírez y Noemí Sanín, y se tuvo que dobletiar en el turno.

— Muy de buenas que no lo pusieron a chuzar a la historiadora Diana Uribe… ¡Ai manece!

— Estivencito salía temprano del trabajo cuando lo ponían a chuzar al periodista Julio Sánchez Cristo, porque Julito a todos les cuelga.

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— ¿Y es cierto Tola que la orden de chuzar a Julito la dio doña Lina?

— Eso dicen… Que pa ella soperiar en qué andaba Estefanía de Mónaco.

— Ole Tola, ¿y por qué dicen que fue el Presidente el que ordenó chuzar a los periodistas?

— Es que como Uribe no tiene tiempo de oír noticias, oye el resumen por teléfono.

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— ¿Y vos qué opinás Tola que haigan encargado de las chuzadas a la Policía?

— Pues me supongo que Uribe pensó: La Policía ya no tiene pa dónde desacreditarse, qué importa una desacreditada más.

— Pobre general Naranjo, bien aburrido que está con el escándalo de la bautizada con cagajón a un carabinero.

— Verdá Maruja, qué costumbre tan pendeja de bañar con ñola a una persona quizque pa darle la bienvenida.

— Pero lo que más le hizo caer el carriel al general Naranjo fue cuando supo que además hubo sobrecostos en la comprada del cagajón.

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— Lo bueno de toda esta chuzadera de teléfonos es que se mejoran las relaciones interpersonales entre los colombianos porque de ahora en adelante pa conversar con alguno hay que invitarlo a tinto.

— Ese trabajo de oír conversaciones ajenas está al pelo pa nosotras: descansado, puede una ir remendando medias mientras oye…

— No creás, Tola… Nosotras no serviríamos pa eso porque no nos aguantaríamos las ganas de meter la cucharada.

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— Ole Maruja, ¿en qué pararía el congreso del Polo? Cuentan que el magistrado Carlos Gaviria se mamó de la candidatura presidencial.

— Qué pesar, yo que iba a votar por él pa presidente, porque era el único que nos garantizaba que no aguanta más de un período.

— Le esperan días difíciles al Polo… Quizque hay un grupo en Internel, en Féisbu, que le quiere revocar el mandato al alcalde Moreno.

— Menos mal a Samuel ya no le salen canas.

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— Ay mija, te dejo porque tengo unas tajadas en el fogón… Ve Tola, ¿qué vas a hacer de almuerzo?

— Ni sé, querida… Tengo una pereza de montar olla… Me provoca darle a Ananías de almuerzo agua molida y viento raspao…

— ¿Y de postre cantaleta?… Bueno Tola, colguemos antes de que nos chu…

*El público de Medellín está “güete” con sus paisanas Tola y Maruja, que vuelven esta semana al teatro del Águila Descalza, Tel. 2844211.

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